Ya hace un mes

Hoy viernes, 4 de agosto de 2006, la prensa se hace eco de las conclusiones de la Comisión Parlamentaria de las Cortes Valencianas sobre el accidente del Metro del pasado 3 de julio, donde fallecieron 43 personas.

Las conclusiones, aprobadas por la mayoría del PP, apuntan al error humano y a la imprevisibilidad de dicho accidente.

Nunca sabremos con seguridad los motivos por los que el Metro tomó la llamada curva "de la muerte" a 80 Km por hora. El conductor se los llevó con él a la tumba.

No pongo en duda que el Metro tenga todas medidas de seguridad, aunque confío en que estas aumenten para que los valencianos y quienes nos visiten tengamos la tranquilidad de poder hacer uso de este medio de transporte sin arriesgarnos a sufrir otro accidente "imprevisible".

Es probable que las conclusiones de la Comisión sean las correctas. Así quedará marcado por la lógica de la aritmética política de las mayorías parlamentarias.

Pero la muerte, por accidental que sea, de 43 personas en un medio de transporte de titularidad pública exige responsabilidades políticas.

Exige ¡¡¡DIMISIONES!!!

Alcanzar un cargo político tiene muchas ventajas. Pero cuando ocurre una tragedia de estas dimensiones hay que asumir responsabilidades.

El Partido Popular no puede ser tan hipócrita de exigir dimisiones en Castilla La Mancha por la terrible tragedia de los muertos del incendio de Guadalajara del pasado verano y no hacerlas efectivas en la tragedia de Valencia.

El PSOE no puede ser tan cínico de no exigir las máximas responsabilidades por el citado incendio en Guadalajara y pedirlas ahora en Valencia.

Mi exigencia de dimisiones solamente tiene un motivo: el debido respeto a todos los fallecidos. Descansen en Paz.